El técnico valenciano explicó sentir “una gran decepción”, ya que deseaban dedicar la victoria al presidente y a la gerente del Melilla Baloncesto, Francisco Díaz Corvera y Mercedes García-Paine, respectivamente.
El técnico del Melilla Baloncesto no pudo disimular, al término del encuentro del pasado viernes, su enorme disgusto tras perder frente al Aguas de Valencia, fundamentalmente por la paupérrima impresión ofrecida por su equipo en los primeros 20 minutos, en el que el electrónico reflejó un contundente 33-57.
Paco Olmos consideró la derrota como una “grandísima decepción porque, al margen de la importancia de la victoria, queríamos ganar por nuestro presidente que prácticamente era su último partido oficial, también por la gerente Mercedes que acababa de ser operada y no podía estar, con la carga que eso a ella le supone. Pensaba que nos habíamos mentalizado bien para jugar un duelo que, además de que nos podía hacer dar un salto en la clasificación, podía resultar muy gratificante para personas que dirigen la cúpula de este Club”, explicó.
En cuanto al choque, lo analizó de la siguiente manera: “Hicimos una pésima primera parte, con un baloncesto sin criterio, blando, fallando tiros no bien generados y, sobre todo, con una defensa que casi rozó el ridículo. Al margen de que Gandía jugara con porcentajes altos en la primera mitad, fuimos detrás del balón en balance, en estático, no dominamos el rebote y en ningún momento plantamos cara en el encuentro”.
En el descanso, el preparador levantino intentó apelar “al carácter, al orgullo y dinamitar un poco el choque. Era demasiada la diferencia a remontar. Los jugadores lo intentaron, pero está claro que habíamos dado una ventaja prácticamente insalvable”, apuntó. En definitiva, Paco Olmos se mostró “muy decepcionado con el equipo porque no lo esperaba, por lo que significaba y por la imagen ofrecida ante nuestra afición, que ha sido pésima y lamentable”, aseguró.
Fuente: Melilla Hoy
